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miércoles, 31 de agosto de 2016

¿SEPTIEMBRE ILUSIONA?

MIS REFLEXIONES: LA ILUSIÓN DOCENTE.

En septiembre, durante el equinoccio, se produce el cambio de estación del verano al otoño. Septiembre, es el noveno mes del año con 30 días y además supone un mes importante para todos los docentes. Toca adaptarse a horarios, costumbres y rutinas. Un mes de finales y principios. Comienza un nuevo curso escolar. ¿Una nueva ilusión? ¿Un nuevo reto? ¿Un nuevo proyecto?
Tras las necesarias y merecidas vacaciones es momento de poner la maquinaria a funcionar. Todos los eslabones deben estar bien engrasados de energía y pasión. La docencia así lo requiere. Por lo tanto, además de descansar y disfrutar (tarea obligatoria), en muchos casos la maquinaria ya ha sido activada durante el período de vacaciones. ¡Sí, estáis leyendo bien! Lecturas, nuevos proyectos, formaciones, lluvia de ideas, programaciones, elaboración de materiales y banco de recursos y un sinfín de tareas que pasan totalmente desapercibidas y sin embargo, tiene una importancia vital o así lo ven y perciben mis ojos. Con ello, no digo o cuestiono que seas mejor o peor docente por el hecho de hacerlo o no hacerlo, pero algo tengo claro y es que el trabajo hecho con gusto siempre es una tarea agradable. 
Si hablamos de los docentes interinos, debemos destacar que el período vacacional se vive de distinta manera. Tras un año sumamente duro e intenso en el que debes compaginar el día a día de la profesión docente con el estudio intenso y las responsabilidades personales, te enfrentas al entrar el verano al concurso-oposición. Tras un proceso turbio, subjetivo e injusto por muchos factores que no voy a detallar (no es el sentido de la entrada), puedes comenzar el verano con "suerte" a finales de julio. Digo suerte, ya que muchos compañeros y compañeros muy profesionales y válidos se quedan en el camino y no pasan a la segunda prueba. Tampoco vale quedarse muy cerca de la meta. Aquí, desgraciadamente, no solo vale con aprobar y volver a demostrar tus conocimientos. Todos los que opositamos sabemos la gran cantidad de factores que intervienen en dicha carrera de fondo. Tus pies, son el único vehículo. Ahora, hay que seguir adelante ya que no siempre nuestros días nos brindan lo que esperamos y en muchos casos merecemos.
Por otro lado, debemos desatacar que el período vacacional se vive desde la situación de desempleado. Los docentes interinos de Castilla La Mancha que hemos trabajado con vacante (un curso escolar entero) hemos tenido las vacaciones pagadas hasta el día 19 de junio de 2016. Desde ahí, estamos en el paro. La Consejería de Educación nos cesa, nos despide, nos manda a "nuestra casa". Actualmente, nuestra situación es así. Algo totalmente precario e injusto que nos afecta a nivel personal y profesional y evidentemente nos perjudica y nos deja con un sabor de inferioridad respecto a otras comunidades autónomas.
Perdonad. Me voy a centrar ya en el comienzo. Imagino que necesitaba "pensar en alto", pero el sentido que quiero darle a la entrada no es el de la frustración, el desanimo, la impotencia o la decepción (aunque inevitablemente puedan reflejarse entre líneas). El sentido de la entrada de hoy es algo totalmente distinto: LA ILUSIÓN. He comenzando haciendo unas preguntas que voy a volver a repetir. El nuevo curso escolar...¿Una nueva ilusión? ¿Un nuevo reto?...Permítete ser sincero contigo mismo. En muchos momentos, necesitamos reflexionar para dar sentido a nuestra vida. Debe ser un sentido verdadero, ya que nosotros siempre tenemos la respuesta sincera. Otra cosa distinta es que nos guste más o menos la respuesta. Vamos al grano... ¿Qué sabemos de la ilusión?

La ilusión es el motor de la vida. Supone esa capacidad que poseemos las personas para reunir todas nuestras fuerzas y concentrarlas a favor de la conquista de un objetivo, un reto, un proyecto...¿Cómo esperas el nuevo curso?¿Te has marcado objetivos? ¿Tienes un nuevo reto o proyecto? ¿Te sientes emocionado por ver cómo evolucionan? ¿Estás ilusionado?

El origen etimológico de la palabra ilusión proviene del latín illusio, onis, vocablos que significan “engaño”. Puede parecer algo raro o dispar pero así es la ilusión. Es, ese don que tenemos los seres humanos para crear o creer en aquellas cosas que no vemos, pero que nos ayudan a vivir y a construir nuestro proyecto de vida. Cada ilusión, es un peldaño que vamos superando. Una bocanada de aire fresco. Pequeños triunfos. Semillas que van dando fruto.

En la docencia es vital trabajar con ilusión. Trabajar con los alumnos y alumnas tiene gran responsabilidad. Además, debemos ser capaces de trasmitir esa "magia" para "colorear" el proceso de enseñanza-aprendizaje de manera viva y significativa. Cuando nos ilusionamos nos sentimos bien, nos sentimos plenos y motivados. Nuestra mirada incluso es distinta, se podría decir que cambia y nuestro estado emocional también. Nos sentimos entusiasmados y cargados de energía. Pero debemos ser sinceros, las ilusiones sin hechos y acciones se quedan en ideas fugaces que no desembocan en ningún lado. Es aire que se esfuma. La ilusión debe ir unida al esfuerzo y al trabajo. Hay que trabajar para convertir tus ilusiones en metas. 

No es una tarea fácil. Recordad aquello de "si fuera fácil todo el mundo lo haría", y demasiado cierto es. Todos los que trabajamos en la enseñanza tropezamos con proyectos, sesiones o flojeamos con ciertas unidades didácticas o contenidos. Pero aquí está el sentido del cambio. Es necesario caer para aprender, probar cosas nuevas, arriesgar, innovar, y en definitiva salir de la "zona de confort". Quizá nunca lo has pensando o quizá has sentido miedo en alguna ocasión. 

El miedo es el principal factor que nos afecta, pero no podemos quedarnos ahí, no puede ser nuestra excusa o pretexto. Yo sigo creyendo eso de que "la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo", tal y como dijo Mandela. Supongo que ese es mi motor y me aferro a ello. Y sí, también debo hacer frente a mis miedos. 

Vivimos una época con muchos términos educativos que parecen "estar de moda". Podemos hablar de Flipped Classroom, ABP, gamificación, mochila digital, TICs, Blended Learning o PLE entre muchos otros. Quizá, podéis pensar que me he vuelto a desviar del tema, pero no es así. ¿Por qué todo esto? Desde mi humilde opinión, no debes intentar ser el docente que no crees y seguir una corriente "molona". Es evidente, que algo está cambiando en el paradigma educativo (algo que me ilusiona y alegra infinitamente), pero una metodología innovadora no lleva implícito el significado de éxito y ni mucho menos quiere decir que su aplicación en el aula vaya a funcionar. 

¡Algo tengo claro! Hay algo que siempre tendrá sentido y nunca pasará de "moda", o al menos, así lo entiendo yo. Me refiero a los pequeños saltos y acciones que realizamos cada día para salir de la anteriormente citada zona de confort. Esa zona, no permite el crecimiento personal ni profesional. Puedes estar bien ahí, pero si lo que quieres es seguir creciendo y adaptándote a nuevas situaciones, éste no es el lugar adecuado. Quizá, nunca te hayas parado a reflexionar sobre ello. Lo realmente trascendental es no tener miedo a cambiar y buscar aquella metodología que se adapte y encaje a realidad educativa que vives día a día. Ahí, residen nuestras energías y esfuerzos. Te has preguntado...¿Qué necesitan tus alumnos? ¿Qué necesita tú aula? ¿Qué necesita tú escuela? ¿De qué recursos dispones? ¿Cómo son las familias del alumnado? ¿Qué puedes hacer para mejorar? Y es que, la única manera de hacer un trabajo genial es amar lo que haces. Y al amar lo que haces, debes CUIDAR todos los factores.

Las personas que dejan de aprender están muertas en vida y eso no significa que permanecer dentro de nuestra zona cómoda esté mal. Sin embargo, si alguna vez quieres superar tus expectativas y la de tus alumnos y alumnas y así llegar a mejorar, a enriquecer, a aprender, a disfrutar, a emocionar, a vibrar, sin duda, tendrás que expandir tu zona de confort, y para ello tendrás que salir de ella. ¿Estás dispuesto/a? Recordad la sinceridad y la coherencia.

En educación, expandir nuestra zona pedagógica es un campo con muchos frentes. NO hablo en ningún momento de convertirse en ningún tipo de gurú educativo; algo que también parece estar en auge. Hablo de que la mayor ilusión sea seguir teniendo ilusiones junto a tus alumn@s, poniendo corazón en todo aquello que te propongas. Tenemos una profesión extremadamente bonita. Hay tesoros que solo los poseen aquellos que han pisado y "batallado" en las escuelas, en sus aulas y en los patios.

La entrada no pretende cuestionar el trabajo de nadie. Es una humilde opinión o reflexión. Somos responsables de nuestros actos y eso implica asumir las consecuencias de nuestras acciones y decisiones. Cada uno debe preocuparse cada día por ofrecer una educación de calidad a todos sus alumn@s y sus familias y eso implica trabajo, dedicación, tiempo, esfuerzo e ILUSIÓN. Algo que siempre tengo presente es que uno los mayores secretos de la felicidad es encontrar la propia alegría en las alegrías de los otros. Y es que, la alegría se elige, se cultiva y también se educa.

Me es inevitable volver a hilar la ilusión y la zona de confort con la oposiciones docentes. Somos muchos los que salimos totalmente de la zona de confort. Y al decir totalmente, digo absoluta e incondicionalmente. Superas el 100% del esfuerzo y la dedicación por esa ilusión (“engaño") que en muchas ocasiones te hace chocar con un muro de piedra maciza que te destroza literalmente. Y, ¿merece la pena? Es una pregunta realmente dura para todo opositor que ha llorado entre cuatro paredes y ha sacado minutos de estudio sacrificando TODO lo demás. Yo, de momento, me quedo con aquello de que "hay que seguir la lucha con lo que podamos hasta que podamos". Quiero creer que la vocación (¡sí, ese interés imprescindible para dedicarse a una determinada forma de vida o un determinado trabajo!) hará que ese don que tenemos para crear y creer en aquellas cosas que no vemos, se convierta en un realidad antes o después. Ahora, disfrutemos el camino y aprendamos de todas las piedras.

Los que me conocen de verdad, saben que no creo en la suerte (sí, soy consciente que influye demasiado y demasiado nunca es suficiente en un proceso de concurso-oposición) y por ello, seguiré trabajando de y con corazón. Para mí, la buena suerte se encuentra siempre que se busca y es una inevitable combinación de talento, pasión, esfuerzo y oportunidad. Llamadme iluso, pero es lo que aprendí desde pequeño y a pesar de las piedras que llevo en la mochila, seguirá siendo la base de mis éxitos o mis fracasos. 

Aprovecho desde aquí para felicitar a los compañeros y compañeras que han conseguido llegar a la meta. En especial, mi mención va para mi amiga Úrsula. Aragón recibirá a una maestra de corazón el próximo curso. Una autentica guerrera de la Educación Física de calidad. ¡Enhorabuena, te lo mereces! El binomio seguirá luchando.

Y para acabar, compañeros docentes (sin diferencias), solo os pido que no perdáis la ilusión. Trabajad por aquello en lo que creéis y por lo que habéis luchado o estáis luchando. Septiembre nos da otra oportunidad para seguir creciendo. Y recordad:

Hacerlo con pasión o cambiad de profesión.
¡BUEN COMIENZO DE CURSO!